Andamos con Paco González ultimando los contenidos de un curso en torno a la ciudad en red como recurso educativo abierto (en el link todos los vídeos), dentro del proyecto Urban Social Design, cuya matrícula se cierra el día 26 y que entre nosotros hemos dado en “microdenominar” #urbanedu, pero que en cierto sentido pretende ir más allá partiendo de lo urbano y del aprendizaje.
De hecho ambiciona comprender en parte cómo la red influye lo offline y viceversa, para luego adentrarnos junto a los participantes en lo que implica la denominada cultura digital (de aquí poco lo de ‘digital’ ya puede que sobre 🙂 mediante su impacto en los espacios y en la ciudadanía. Al mismo tiempo vamos a analizar diversas teorías sobre el aprendizaje y (finalmente, con el aliento que nos quede) hablar de procesos de diseño junto a los destinatarios del diseño (llámalo codiseño, llámalo participativo, llámalo prototipando).
Sobre todo ello hay mucho que hablar y mostrar y preguntarse hacia dónde está yendo la ciudad como plataforma de aprendizaje por excelencia, desde las pistas analógicas (esa marca de una ruta turística, o esa norma de la calle que aprendes mediante una señal o un conflicto) hasta las marcas que (nos) enlazan con la red (esos códigos QR cuasi clandestinos, o esa señal en el móvil que te activa allí donde “geo-estés”).
Tres apuntes relacionados con experiencias recientes que desde mi punto de vista se mezclan en todo esto, a las que estamos sumando varias otras que conocemos bien (porque las hemos organizado, hemos sido parte de ellas u observado atentamente) para que en su conjunto acompañen las ocho sesiones del curso:
- Emergencia de nuevos formatos de participación: desde el primer barcamp en el que participé, pasando por un Open Space a continuación, y tras observar e indagar en muchos otros formatos y metodologías de encuentro presenciales inspiradas en lo online, herederas de la cultura hacker y la participación online (distribuida, caótica sólo en lo aparente) constato que esas maneras de hacer surgen entremezclándose de la propia actividad de la red (algunas son metáfora de un blog, otras de un wiki, otras de una lista de correo). Se cuelan fácilmente en diferentes tipos de espacios y grupos de personas. Son oportunidades para generar relaciones y reacciones, removiendo conocimiento.
- Tensión entre lo abierto y la app propietaria: ya empieza a haber mucho escrito sobre cómo la manera de entender Internet hasta la fecha está cambiando, y cómo es cada vez más canal de aplicaciones y dispositivos manufacturados sin que podamos ver cómo está hecho ni remezclar y no digamos ya compartir a gusto. He elaborado en otro wiki sobre el concepto de un sistema operativo de ciudad y ahora borraría algún párrafo, o al menos metería el concepto de abierto mucho más. Una aplicación que me diga exáctamente donde están mis amigos da algo de yuyu (y seguramente me delate a mí ante terceros), mientras que siempre hay más libertad allí donde haya un navegador, y todo lo que alguien pueda abrir en una página para mirar cómo está hecho, y entonces aprender, y jugar. También en/desde la ciudad.
- Prototipado es un palabrejo de moda pero funciona: al menos cada vez que lo he probado, según se mire viene de mezclar el primer punto que he mencionado con el segundo. De plantear dinámicas participativas con unas reglas muy especiales, por un lado, y por otro mostrar en abierto los resultados. En torno a una ciudad ideal o a mil conceptos más, con cualquier material al alcance, buenas dosis de complicidad y un objetivo asumible, claro y a ser posible mínimamente divertido… De esto último hablaremos en las sesiones pero queremos inocularlo también en los proyectos que asesoremos. Diseñemos para diseñar junto a más diseñadores 🙂